LA LLEGADA DE MINERVA / THE ARRIVAL OF MINERVA
THE ARRIVAL OF MINERVA takes shape only when the shades of the night are gathering. Hay algo que se siente en lo sutil de la vida cotidiana que va
matizando las diferencias que descubrimos constantemente y que comienza a mostrarse a través de las directrices que las propias decisiones de vida urden en tanto proyectos y
realizaciones. Así va tomando vida el pensamiento, despertando cada vez más nuestra visión desde el sentimiento cuando la densa oscuridad de la noche todo lo hace inerte. Sin embargo, a riesgo de permanecer en la aporía de
lo intraducible, lo innombrable y lo indecible, el sentimiento es uno de los
desafíos más grandes de la filosofía. Ya que, mientras que la estancia formal se aquieta para que notemos en ella la
cuadratura de su pertinencia, la reverberación del sentir aparece siempre como
su contrapunto. Inmenso, avasallante, cambiante, sutil y silencioso, el sentir
atraviesa el presente viviente justamente para otorgarle eso; lo viviente. Más allá de la habitualidad
ciega y del
intenso conflicto con el freno moral que no parece dejarnos tregua, el sentir
se posesiona de la vivencia como estancia y presencia, como posibilidad efectiva
de ser, sin discriminar horizontes, ni escorzos, ni respectos. El sentir toma
el cetro de fuente nutricia de todas nuestras batallas, y emana su polifonía coloreando
nuestra propia realización de ser.